15 abr 2008

SUEÑO DE AMOR




Esta mañana desperté en la habitación de un bonito hotel situado al lado del Mar y con unas magnificas vistas al pueblo y al pequeño puerto de veleros y barcos de lujo situado al pie de la pequeña colina donde se levanta el hotel.

Desperté después de una noche de sueño plácido, en la que soñé que tú estabas a mi lado, me abrazabas, me besabas y te fundías en mí una y otra vez hasta terminar exhaustos.

Nuestros cuerpos se mezclaban en uno solo, nuestro sudor y nuestros fluidos se confundían hasta que caíamos agotados el uno junto al otro pero sin dejar de estar entrelazados, y después una vez más empezábamos el ritual, besos, caricias, exploración de nuestros cuerpos y así una y otra vez, toda la noche hasta quedar agotados y dormidos.

Nos decíamos el uno al otro cuan felices éramos y lo mucho que nos amábamos, y deseábamos que aquel momento no terminara jamás.

El sueño era tan real que al despertar busque sin encontrar tu presencia, incluso llegue a pronunciar tu nombre en voz alta esperando que me contestaras, pero descubrí no sin cierta desesperación que tu no estabas y que en aquella habitación solo estaba yo, y que aunque el sueño fue maravilloso y casi real, era solo eso, un sueño.

Me levante de la cama y salí a la terraza, la brisa acaricio mi cara, un tímido sol se filtraba a través de unos negros nubarrones que amenazaban con una tormenta y dando al paisaje un aspecto fantasmal, la silueta del campanario del pueblo se recortaba en el horizonte y las olas rompían monótonamente en la pequeña playa que se encontraba debajo del pequeño cementerio del pueblo.

Me senté un rato en una butaca de la terraza y me quede mirando aquel relajante paisaje y pensando en ti y en cuanto me hubiera gustado que aquel sueño fuera real.

Entré de nuevo en la habitación, recogí mi equipaje y en aquel momento me pareció captar un leve perfume que me recordaba al que tú sueles usar, pensé que me estaba volviendo loco y que tanta soledad me estaba afectando.

Me duché y después de vestirme eche una ojeada a la cama con las sabanas revueltas y las almohadas desordenadas.

Espere una vez más que algo me diera una evidencia de que el sueño había pasado en realidad y que tú habías estado allí conmigo. Pero nada evidencio este deseo que solo existía en mí.

Bajé al vestíbulo del hotel, desayune y pedí mi cuenta, bajé hasta el parking, coloque mi bolsa en el maletero y cuando iba a entrar en mi coche me di cuenta que me dolía todo mi ser, unas incipientes agujetas castigaban mi ya de por si castigado cuerpo.

Salí del parking y poco a poco me fusione con otros vehículos que como yo se dirigían a la gran ciudad.

Entonces pensé que realmente aquel había sido el mejor sueño de mi vida.

Conde de Queralbs




Y a mi mente llegó una frase que hace pocos días me mando algún amigo con uno de tantos email que suelen enviarme a diario:

Amo, porque amar es vivir.

Porque si amo, quizás reciba amor y sobretodo porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca.

QUERALBS

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